Maribel Guardia ofrece sus primeras palabras tras la muerte de su hijo Julián Figueroa

Tras los difíciles momentos que atraviesa Maribel Guardia por la muerte de su hijo Julián Figueroa, la actriz ya dio sus primeras declaraciones a los medios de comunicación.

Visiblemente afectada, y acompañada por Imelda Garza, viuda de Julián Figueroa, la costarricense dijo que Dios le dio a su hijo y también se lo quitó. Además de que espera algún día volverlo a ver y desea que ya esté junto a su padre Joan Sebastian.

"Dios me bendijo con mi hijo, Dios me lo quitó, que vuele alto, algún día nos vamos a volver a encontrar, espero que ahora esté con su papá", señaló Maribel Guardia a los medios de comunicación.

La madre de Julián compartió que no le habló a nadie para avisar el lamentable hecho por lo que se mostró conmovida y sorprendida por la gente que acudió a su casa para apoyarla en estos difíciles momentos.

Además, contó que los hermanos de Julián llegaron a despedir a su familiar, así como gran parte de los Figueroa.

"Yo no le avisé a nadie, estaba en tan shock ni le hablé a mi mamá, me sorprendió muchísimo que se apareciera tanta gente, llegó toda la familia Figueroa, sus tíos, sus hermanos están también. Ahorita la pobre Zarelea llegó al AIFA y viene de camino, la texanita también está aquí, que es mi ahijada, Marcelia, D'Yavé. Vino la viuda de Joan, que la quiero muchísimo, y todos los tíos, los primos, estuvieron la familia Figueroa".

Maribel Guardia detalló que las cenizas de su hijo estarán con ella.

"No quiero deshacerme de sus cenizas las tengo aún, luego les voy a hacer un video que tenga un poquito más de pasar esto para que vean todas las flores y cómo lo tengo, tan lindo con su San Miguel Arcángel, con la Virgen de Guadalupe, que se lo ofrecí. La cajita que escogimos es con una Virgen de Guadalupe".

Y sobre la decisión de no tener un funeral para su hijo fue debido a petición de Julián porque cuando murió Joan Sebastian su hijo sufrió por no poderse despedir bien de él.

"No quise hacer nada en una funeraria porque Julián murió en la casa y porque cuando murió su papá sufrió muchísimo con que lo anduvieran de arriba para abajo. Siempre me dijo 'yo no pude llorar bien a mi papá' y cuando murió, Imelda y yo decidimos que mejor lo íbamos a cremar para que el bebé no viera su cadáver y necesitábamos vivir este dolor en familia".