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Julián Figueroa y su amor por los caballos: ¿cuánto valía su colección de pura sangre?

El fallecido cantante heredó de su padre Joan Sebastian el gusto por los equinos.
Publicado 12 Abr 2023 – 07:11 PM EDTActualizado 12 Abr 2023 – 07:11 PM EDT
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Esta semana sorprendió al mundo del espectáculo y a los seguidores del regional mexicano el fallecimiento de Julián Figueroa, hijo de Joan Sebastian y Maribel Guardia, a los 27 años debido a un infarto agudo al miocardio y fibrilación ventricular.

Al ser parte de la dinastía Figueroa, Julián no sólo heredó su amor por la música sino también el gusto por los caballos, no por nada Joan Sebastian era conoció como el “Rey del Jaripeo”. Desde los dos años ya sabía montar los equinos que poseía su padre.

De hecho Maribel Guardia llegó a decirle a su único hijo que primero había aprendido a relinchar que a hablar y a montar que a caminar. Muchas veces se le vio al joven conviviendo con los animales, realizando jaripeos o cabalgando en sus videos musicales.


Esta misma tradición se transmitió a la siguiente generación ya que el cantante comenzó a trasmitir su conocimiento y amor por estos animales a su hijo de cinco años José Julián. En las redes sociales, tanto del niño como del matrimonio conformado por el menor de los Figueroa e Imelda Garza, se pueden ver imágenes y videos del pequeño montando caballos.


Cuando el intérprete de “Tatuajes” murió el 13 de julio de 2015, se dio a conocer que el compositor no había dejado un testamento que indicara cómo sería la repartición de sus bienes entre su familia y los ocho hijos que tuvo –de los cuales tres ya han fallecido–. Sin embargo, en vida, heredó al menor de los Figueroa el rancho Las Palmas, ubicado en Cuernavaca, Morelos. Dentro de la propiedad se encuentra una caballeriza, en la que llegaron a vivir los equinos favoritos de Joan Sebastian.

Julián cuidó de “El Padrino”, “el General”, “el Torero”, “el Bailador” y “Messi” y su descendencia, conformada por caballos angloárabes de pura sangre. Esta raza de silla caliente es elegida principalmente para las competiciones deportivas, como carreras y salto de obstáculos, domas clásicas y demostraciones en eventos.


Se calcula que cada uno de los ejemplares que heredó Julián Figueroa tienen un costo aproximado de 600 mil pesos a más de dos millones de pesos. De hecho en vida Joan Sebastian donó a la Universidad de Guadalajara un caballo portugués de pura sangre con valor de 600 mil pesos, el cual lo acompañó durante sus conciertos por cuatro años, para que fuera vendido por la institución educativa y obtuviera recursos que beneficiara a los estudiantes.

De momento se desconoce si Julián Figueroa heredó a su hijo el rancho de Las Palmas y su colección de caballos, ya que la familia ha sido reservada respecto a proporcionar más información sobre los deseos del difunto.


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